Tu, siempre estarás en mi pensamiento, en mi vivir; estás en mi sangre, en mi corazón.
Mi pelo, mi nariz, mis cejas... mis manos, esos lunares tan similares a los tuyos, son evidencia propia que soy parte de ti.
Tu nunca te fuiste; la esencia de ti siempre quedó impregnada en cada lugar que compartimos.
Tus palabras y tu risa se hicieron eco, resonando fuertemente sobre mi cabeza, en mi corazón, en ésta casa.
Las fotografías poco muestran lo que eres; lo que te conforma..
Tu, no te fuiste. Nunca te iras, estás aquí, muy adentro. Te amo.
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